viernes, 17 de diciembre de 2010

Lamarck contraataca


Tras más de un siglo y medio, el biólogo francés, fundador de la paleontología de los invertebrados y creador de una de las primeras teorías de la evolución. Apoyó la idea de la generación espontánea y la heredabilidad de los caracteres adquiridos. Pero esta teoría no duró mucho, ya que fue pronto reemplazada por la teoría de la selección natural de Charles Darwin, a la que luego se incorporó el concepto de mutación como fuente de variación.

Una serie de estudios recientes encuentra que las condiciones ambientales, como el hambre y la desnutrición durante el embarazo o la infancia, generan cambios en el organismo que pueden ser heredados. Esto cuestiona el modelo clásico darwinista, según el cuál los caracteres heredables son sólo aquellos presentes en los genes desde el nacimiento. 

Uno de los estudios más significativos fue publicado un año atrás por Marcus Pembrey. Los investigadores observaron que los hijos de hombres que habían comenzado a fumar o pasado hambre a los 9 años de edad, tenían una masa corporal distinta de lo normal. Compararon el desarrollo corporal y la longevidad.

Los resultados de estos estudios tienen una connotación profunda, ya que implican reconsiderar la teoría de la herencia de caracteres adquiridos de Lamarck.

La teoría actual dice que la evolución tiene lugar cuando una nueva versión de un gen, que surge por una mutación, aumenta su frecuencia y se extiende a la especie gracias a la selección natural. Pero los nuevos trabajos proponen que el ambiente no alteraría el ADN, sino la forma en que este se expresa. Tal variación sería transmitida a los hijos y nietos.

La idea se halla ahora en revisión, lo que aviva las aspiraciones reivindicativas de Lamarck.

Los niños de Holanda. A finales de la Segunda Guerra Mundial, más de 20.000 personas murieron de hambre en los Países Bajos. Soportando el duro invierno y un embargo de alimentos, un grupo de mujeres holandesas embarazadas dio a luz una generación de bebés de tamaño relativamente pequeño, más propensos a desarrollar diabetes, obesidad o enfermedades cardiovasculares.

¿Puede ser que Lamarck no haya estado tan equivocado, que el medio ambiente pueda afectar la expresión de genes e influir en la evolución?



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